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Notas de Mr. Kite

Night and day

Curioso, ayer el título de la entrada que puse era día y noche, y no me di cuenta de que el domingo había sido el aniversario de la muerte de Cole Porter. Casualidades, dia y noche, noche y día.

He aquí la versión de Ella Fitzgerald de Night and Day, para mí la mejor interpretación de la canción, producida por Norman Granz en el Songbook que Ella Fitzgerald realizó con canciones del autor. Podría haber puesto el I’ve got you under my skin de Sinatra, o el Let’s do it por Lady Day...pero Night and Day siempre me ha parecido sencillamente perfecta.

Simplemente un placer para los oidos. Maravilloso.

Mientras escribo termina la canción y suena It had to be you en versión de Sinatra del 79, no la conocía, grande. Suena bien. Adoro la voz de Sinatra, anoto la versión para ver dónde sale. Si bien es el Sinatra que menos interesa -el de a partir del 75-, tengo que reconocer que me gusta como suena.

Al tiempo me acuerdo que durante la comida hemos hablado del hombre que pudo reinar y recuerdo que puse una entrada al respecto, miro la fecha y es en fechas con recientes palabras cercenadas. No entiendo la conjunción pero me es grato ver que podía escribir cosas de otros mundos...si bien la última frase, la de no sentirse despreciados, intuyo que tendría un sentido amplio y doble...

http://mrkite.blogia.com/2010/090501-todos-queremos-ser-reyes.php

Y es que noche y día, todos queremos ser reyes.

 

 

Día y noche...otro más.

Día y noche...otro más.

Y entonces llega el día y se esconde porque, total, ese es el trabajo del día, esconderse de la noche, parapetarse tras un buen escondrijo para que la luna no vea al sol. Sol y luna, lady Halcón. En Lady Halcón había un amor imposible por culpa del escondite y de una maldición que imponía un escondite día tras días...noche tras noche. Eso era la película de Richard Donner. Pero hay otras realidades donde el amor no existe, la luna va a su puta bola y el sol juega al gin rummy con soldados de plomo. Esas realidades me son cercanas, son realidades de lanzas de cicuta emocional. Son los momentos de los días que aguardan en horas inesperadas, al acecho para sorprenderte. Sin palabras porque no se sabe qué decir.

Defecaré hasta lo extenuante sobre todas las mierdas anteriores que suponen que personas con elevadas dosis de cariño desaparezcan la una para la otra simplemente porque sí. Simplemente por decir que ese cariño existe. Escupiré sobre esas realidades porque son absurdas en sí. Un absurdo sin ironía, sin sarcasmo, sin humor. Un absurdo sin interés, dañino, estúpido…sin sentido como absurdo que es.

Es un punto de sabor a rancio esto que pasa en las personas. No entiendo el dejar de hablarse cuando detrás hay libros, manos, y sonrisas. No entiendo tantas cosas. No entiendo que el mundo sea del revés cuando no hay motivo. Pero no entiendo apenas nada. El momento de entender es, posiblemente, el momento vacío del rincón perdido de una habitación cerrada, con todo el tiempo del mundo. O quizás tampoco, porque quizás, solo en ese rincón, entiendas aún mucho menos.

Querer oir esdrújulas…es tan malo ¿como para impedirlo? ¿Como para negarlo?

Hace más de dos años escribí otra entrada igual...¿ha cambiado algo?

 

http://mrkite.blogia.com/2009/070301-dia-y-noche.php

sí..., pero yo sigo siendo el mismo.

El Ascensor (Texas Love'em) - Viernes tarde (3)

El Ascensor (Texas Love'em) - Viernes tarde (3)

(...continuando...)

Bingo, soy freakie. Y ella observadora. Bueno, observar que yo soy freakie tampoco tiene mérito. Es como si damos un premio a un recepcionista por saber que cuando suena el teléfono hay que cogerlo. La cuestión es cogerlo no todo, o sea no tirar del cable, y Silvia a ese nivel llegaba, el teléfono seguía intacto y yo seguía cosechando éxitos. La partida me estaba deparando cartas inigualables, era como jugar al cinquillo y que mis cartas fueran decimales, el 5.7 de oros, o el ¾ de bastos.

Lo peor del asunto es que la frase me la había buscado, en absoluto me sabía los diálogos. Sabía que Rachel y Deckard se conocen pero ni me acordaba de lo del búho. Así que lo busqué en internet, donde está todo y si no está alguien se lo inventa para que esté. Qué desastre…miro una frase para sorprender y lo consigo, pero la cara de Silvia era de una sorpresa en plan “joder, vaya tipo, ¿por qué le llamaría?”, más que un “es el hombre de mi vida, me ha preguntado por los búhos y no solo me gustan sino que activa un resorte sexual que hace que quiera disfrutar esta noche con él juntando nuestros cuerpos sudorosos”.

Las opciones que tenía de que ella se sintiera cómoda con mi sudor debían ser las mismas que las de juntar las letras de un poema de Shakespeare en albanés jugando a una partida de scrabble. Hay que tener en cuenta que no sé albanés…y de Shakespeare lo justo. Aunque podría hablar durante un rato largo de lo maravilloso de sus sonetos y del personaje de Lady Macbeth…pero intentaría contenerme para evitar provocar los vómitos de Silvia por una crisis de ansiedad ante la necesidad de respirar aire no viciado por mis tonterías.

Con esta introducción decidí que lo mejor era pedir un café y hablar normal. Algo que también soy capaz de hacer y que, por otro lado, no se me da mal si me quito presión. Con presión me salen de forma inevitable comentarios radicales o pedantes en forma de gracia sinsentido o de broma del absurdo. Siempre me acuerdo de Groucho Marx cuando estoy en esas situaciones. Me acuerdo de él porque me encantaría imitarle en lo inteligente e irónico, pero no solamente no lo consigo sino que además me miran raro. Lo cual es lo más alejado de lo que pretendo en el fondo con mi comportamiento.

 

(...continuará?)

 

 

Algo de la Reina...

Hoy estaba revival, una vez más, y empecé a escuchar a Queen. Hacía años que no les dedicaba un rato, un rato de calidad. Y eso no es another one bites the dust, o we are the champions, o a kind of magic. Siendo todas ellas buenas canciones no son el rato que quería oir de Queen, me apetecía el Queen de los setenta, el que termina con el magnífico The Game donde conocen los sintetizadores…más tarde volverían por la senda del triunfo con el postmoderno The Works con su Radio GaGa y el homenaje a Metrópolis de Fritz Lang.

Pero lo que me apetecía eran los temas de dos álbumes magníficos con A Night at the Opera o A day in the races. The prophet’s song, fantástica pieza onírica donde se mezclan sonidos orientales (japoneses) con rock cuasimetal, donde los coros fantásticos de la banda británica son un alarde de técnica. O el tie your mother down, rock and roll clásico con un pegadizo riff de Brian May, o el archiconocido Bohemian’s Rhapsody…tremendas canciones.

Hoy tenía ganas de escuchar a Queen, y eso hice…lo escuche, disfruté de la voz de Freddie Mercury, degusté cada nota de la Red Special de Brian May, el bajo de John Deacon empastó cada momento y la batería de Roger Taylor cerraba como guinda perfecta el desfile de estos cuatro portentos de la música popular.

De muestra, Don’t stop me now. Una composición algo comercial, pero con gran energía y que evidencia la calidad en composición de temas directos que tenían. Es un contraste con la mencionada the prophet’s song, lo cual prueba que se movían a la perfección entre distintos géneros musicales.

 

 

El Ascensor (Texas Love'em) - Viernes tarde (2)

El Ascensor (Texas Love'em) - Viernes tarde (2)

(...continuando...)

Las cuatro y media y allí estaba Silvia sentada tomando un café en una de las mesas de la cafería de la filmoteca. Esas mesas cuadradas de hierro negro que tan de memoria me conocía por mi pasión por el cine…o por lo pedante, que uno nunca sabe exactamente porqué le gustan tanto las cosas que la gente normal suele ignorar. No sueles encontrarte con gente que sabe quien es Vincent Minelli…o menos aún William
Wyler, aunque hayan visto Ben Hur. Claro que Ben Hur ya no suelen ponerla en la tele, ahora ponen Gladiator que es más bizarra. Aunque ver al Heston siempre es un poco…fuerte. Pero claro, eso para mí, que el blanco y negro me fascina y las películas mudas no me suponen una barrera.

Allí estaba Silvia con su café, puntual y leyendo un folleto. Me acerqué después de quedarme una eternidad contemplándola y pellizcándome la pierna por el bolsillo del pantalón para despertarme, no fuera a ser todo un sueño. Y con ese temor de despertarme me hice un cardenal que luego vería en el muslo. Me olvidé de que me estaba pellizcando porque andaba pensando que si era un sueño lo mejor era seguir con él a ver si tenía una polución nocturna en un polvo apoteósico donde aparecieran las trompetas de Jericó derribando cualquier muro que se interpusiera entre nosotros. Pero no era así, no oía trompetas y noté la picazón del pellizco. Me acerqué a la mesa cuando noté que una lágrima corría por mi mejilla. Joder, sí que me había hecho daño el pellizco.

-      Hola Silvia, o quizás debiera decir ¿te gustan los búhos? –la frase sería una tontería para cualquiera, suena extraña, pero es más o menos lo que le dice Rachel a Deckard cuando le conoce, o sea Sean Young a Harrison Ford. Ingenioso, pensé, menuda forma de llegar.

- ¿Perdona?, o sea, hola Nino, pero…¿si me gustan los búhos?, ¿por qué esa pregunta?

He aquí al inefable Nino una vez más saliendo a hombros por la puerta grande del Circo de los Estúpidos. De nuevo en la pista central dando muestras de una torpeza inconmensurable, el gran –sonido de tambores- ¡Niiino!

Era evidente que o no era una freakie o yo era demasiado freakie para nadie. Lo segundo era seguro. Luego la disyunción no era tal, solo quedaba por averiguar si ella lo era algo.

- Anda, -puse cara de extrañeza-, ¿no sabes la frase dónde sale?

- Pues no.

- Joder, bueno, perdona por la pedantería –en ese momento mi cabeza estaba creando el guión de una nueva serie de gilipollas enproblemas, casi tenía confeccionados 23 capítulos de veinte minutos cada uno, a la vez que buscaba como no quedar como el perfecto imbécil que en realidad era-. Es lo que le dice Rachel a Deckard cuando le conoce.

- Hostias tío, sí que eres freakie. A mí me gusta, pero no hasta ese punto.

 

(...continuará?)

Retazos

Retazos

No puedo hacer nada, apenas nada.

Me jode estar en una especie de espera sin sentido.

Nada tiene sentido.

El día es azul o gris en función de lo que enturbien tus ojos las lágrimas.

No es el mundo lo que esperas sino una mano agradable.

A veces no hay manos sino bofetones de realidad.

Si el mundo está ahí fuera entonces… ¿qué tenemos dentro?

Pasear para tomar una cerveza sin más.

Si la pides con limón me vienen esdrújulas, y eso suena a más gaseoso.

Lo gaseoso, pese a ser aire, no es nada liviano.

No hay días sueltos, solo hay momentos deslavazados.

El momento del mirar a veces se confunde con el de ver, cuando eso te pasa, entonces, olvídate de escuchar.

Creo que el melocotón es el elemento necesario para entender lo absurdo de las palabras.

Los reacios son gente que no saben decir que sí.

No queda nada de lo que teníamos –decía ella mientras él tenía más de cuatro baúles llenos de sus recuerdos.

Curioso título para una entrada.

Puede que mis retazos no sean más que retales que no pongo a la venta.

 

Una actriz para un deseo

Una actriz para un deseo

Sibille, Musa, Livia,...

...elenco de actrices en el panteón olímpico de los deseos. Únicas, tan únicas que son la misma sin matices, son las que tienen tímidas sonrisas.

Recuerdo la entrada

http://mrkite.blogia.com/2009/070501-un-momento-es-muy-poco-tiempo....php

... la verdad es que todo es parecido a lo que sucedía en la vida de Couldyun por entonces. Todo es igual.

El caso es que hoy es lunes, y el frío tímido del fin de semana debía tener una cita porque ha dejado su paso a un calor primaveral. Y creo que me vendría bien algo de frío en el ambiente. Pero mis dados de clima no están trucados y sale lo que sale.

Escribir poesía es un excremento de mis vergonzantes intentos literarios plagados de emociones que no sé transmitir.

 

Reflexión en estado cero

Reflexión en estado cero

No me olvido de cosas.

En realidad la esdrújula más significativa era "muchísimo" con una entonación de ángel.

El día pasa y las imágenes están.

No sé qué decir, ni qué poner...

El Ascensor (Texas Love'em) - Viernes tarde (2)

El Ascensor (Texas Love'em) - Viernes tarde (2)

(...continuando...)

Así me acercaba a Antón Martín, vivir en el centro de Madrid es lo que tiene, que los lugares interesantes pueden ser motivo de un paseo interesante. Mi casa no tenía los metros que la de Elena pero estaba en la calle Cervantes, al ladito de Huertas. Un piso de soltero, desordenado como yo y lleno de libros, discos y CDs, alguna guitarra, mi tele y mi ordenador…ah y mi ropa. El desorden de mi pequeño paraíso suponía pequeños contratiempos cada mañana a la hora de elegir qué comic llevarme en el metro o qué libro escoger. Y si iba en coche entonces era peor, tenía que escoger unos tres o cuatro CDs para el trayecto. Eso sí, originales, cuestión que ninguno de mis amigos entendía y que me ocasionaba discusiones inútiles en los que mi postura de defensa del creador se enfrentaba al libre robo de la propiedad intelectual. Evidentemente mis ideas estaban trasnochadas porque siempre tenía la sensación de que si hubiera un río cerca me tirarían todos a él para que convenciera a los peces de lo bueno que es comprar discos originales.

Al estar a cinco minutos andando mi casa de la filmoteca, había decidido ir andando con la compañía de mi música en mp3. Intentando ponerme en situación había descargado la música de Vangelis para escucharla…aquí es cuando el lector dirá que algo falla. Sí, sí que me bajo música…pero también me compro. Lo que ocurre es que aparte de todo lo que yo pueda decir, la incoherencia es un rasgo extraño de ciertos comportamientos que enarbolo de forma circense en el día a día. Al mismo tiempo me revienta la incoherencia. Y con este absurdo voy pasando los días intentando entenderme a mí mismo, la mayoría de las veces sin éxito.

Calle Santa Isabel y la filmoteca aparece en todo su esplendor. Cualquiera que no la haya visto podría pensar que es un edificio imponente, pero no. No lo es. Al contrario, el antiguo Cine Doré es un pequeñito lugar, con un pequeñito café, con una pequeñita tienda de cine y con una sala de las de antes, más un par de ellas más pequeñitas –una es un minicine de verano-. Para mí, el lugar, es sencillamente encantador.

 

(...continuará?)

Ufff

Simplemente tan cansado...white album, estoy tan cansado.

Con la mente en cualquier lugar (falso)

Con la mente en cualquier lugar (falso)

No estás del todo, me lo dice un amigo
uno de los que encuentras porque sí
uno de los que encuentras entre mil
lo dice suave, sonando a cariño.

No estás para salir a coger frío
ni para pensar que el mundo es de añil
o para vestirte con mucho postín
tan solo para dormirte en tu nido.

Así es, duerme, suave, tranquilo sin más
todo el caso es pensar que fuiste sin ser
y que alguien de tus sueños no cuidará

porque no quedan caminos que correr
no queda ni agua con la que saciar
el deseo de tu boca por beber

Los colores de una sombra...

Escucho los colores de una sombra y reflexiono sobre los trajes a medida. Me quedo pensando en qué puede ser el amor. Y pienso si hay gente que piensa este tipo de cosas. Si lo normal entre el mundo que me rodea es pararse a pensar lo que significan las palabras. Pienso en si las personas saben lo que significa la palabra amor. Aparte de cuatro letras.

Escucho Love of Lesbian, una auténtica canción de amor donde se ve claramente el solar que queda en los corazones cuando algo no se entiende. Cuando lo que está acabado no acaba en los dos lados. Cuando echas de meno tantas y tantas cosas. Y desafías a la otra parte diciendo que ya la has olvidado. Debería entender el porqué de hablarla así. El porqué de la ofensa. Pero resulta que todo es mentira.

No hay nada que tenga sentido cuando hablamos de amor, el sentido se desvanece cuando la cerilla de la emoción se enciende…y según se apaga vamos entendiendo la ausencia de sentido. El problema es cuando te engañas diciéndote que está todo olvidado.

¿Qué ganas ofendiendo? ¿Qué ganamos? A mí no me salen las cuentas. Las cuentas del café de la mañana pierden si pierdes el café. El amor no es algo con lo que tengas que competir porque es algo que te sale de dentro y no puedes echarte partidos a ti mismo. No tendría sentido.

La realidad es que el amor no obedece a parámetros prácticos ni racionales. Y, quizás, lo mejor sea quedarte en el mundo de las sombras para que la luz que tengas sea un mundo infinito de luminosidad.

No sales nunca en las conversaciones..., pero aquellas horas descendiendo cada día un piso más. Te he dedicado líneas sin sentido...comprénderas que te hable así.

¿¿¿No eres más que sombras???, lo dudo.

Si resulta que aún te eché de menos y ahora vooy y miento viendo que todo el mundo lo hace.

Comprénderas que te hable así...pero joder, apenas te hablo.

 

 

Y?

Y?

Estoy jodido.

El Ascensor (Texas Love'em) - Viernes tarde (1)

El Ascensor (Texas Love'em) - Viernes tarde (1)

(...continuando...)

VIERNES 4 DE LA TARDE

“Yo…he visto cosas que vosotros no creeríais. Naves de guerra ardiendo más allá de Orión. He visto rayos-C resplandecer en la oscuridad, cerca de la puerta de Tanhauser. Todos esos…momentos se perderán…en el tiempo. Como…lágrimas…en la lluvia. Es hora…de morir”.

Las palabras de Roy Batty en el tejado del edificio Bradbury resonaban en mi mente mientras me encaminaba al encuentro con Silvia. Las había releído antes de salir de casa por aquello de ir de erudito en la mítica película que íbamos a ver. Seguramente Silvia también se las supiese y no era plan de titubear si me ponía en el compromiso de terminar la dichosa frase. Pero claro, eso solo lo haría Silvia si fuese tan estúpida como yo soy en lo que a pedantería se refiere.

El plan era magnífico. Había visto tantas veces Blade Runner que me la sabía de memoria y verla de nuevo en pantalla de cine siempre es interesante. Me la sabía tan de memoria que tenía que releer la escena más mítica de la película. O sea que de memoria nada de nada. Por otro lado la perspectiva de verla con una mujer maravillosa a petición de ella me sonaba tan atractivo como irreal. Las otras chicas con las que había ido al cine en mi escasa historia filmosexual, iban porque era yo quien quería ver tal o cual película. Además, la película elegida siempre era en versión original lo cual conseguía que ellas siempre hicieran una mueca similar a la que debe poner un diabético cuando entra en una pastelería.

Blade Runner y Silvia. La conclusión era clara, Silvia debía ser un replicante. No me había topado nunca con un ángel que supiera quién era Deckard. Y si Deckard era un replicante lo más probable es que Silvia fuese un Nexus 6. Era la única explicación que en mi cabeza tenía cierta lógica para el acontecimiento que se me había presentado tras su llamada.

Iba pensando que yo también soy un poco replicante. Pero soy un modelo antiguo, primigenio. Basicamente diseñado para decir gilipolleces y replicar al más pintado. Debo ser un Ineptus 1. No tenía el cuerpo de Batty, más bien todo lo contrario. Una barriga mal disimulada me hacía digno de la apariencia de un participante en una orgia romana. Pensaba en Roma y que, puestos a elegir, mejor la República que el Imperio, pero seguramente encajaría mejor entre Nerones hedonísticos que entre Marios calculadores. Batty sin embargo podría ser un gladiador, perfecta máquina de combate con el tiempo limitado por programación. El dilema de lo humano, de la vida, de eso trata Blade Runner, aparte del thriller de detectives digno de Marlowe. Todo encajaba, entablé una conversación hablando de Marlowe y ahora íbamos juntos a ver una película de Deckard. Y Deckard puede ser una réplica de Marlowe, y puede que según el corte del director sea hasta un replicante. Un puzle con piezas de lados múltiples que encajaba en mi maltrecho cerebro. Decidí no hacer partícipe a Silvia de estos pensamientos si no quería que llamara a la policía para denunciarme por cualquier delito contra el libre pensamiento.

(...continuará?)

Escribir

Escribir

Escribo un minicuento y no recibo contestación cuando pregunto el parecer.

Escribo y escribo sin saber de qué, o sabiéndolo pero queriendo ocultármelo o simplemente sin ocultar nada.

Escribo en un círculo que me lleva a lo mismo cuando recorro su circunferencia.

Debe ser que escribo mierda, sin más.

Tiempo de verano en el Norte...

Medianoche en la playa de Mareo con las olas peleando por llegar a la orilla. Rumor de coches lejanos que van o vuelven de las noches de verano. Mediados de septiembre, poco sueño, algo de alcohol, y con las emociones del amor recién descubierto a flor de piel. Medianoche en la playa de Mareo y nunca se había sentido igual.

Recordar el principio del verano le resultaba fácil, una apatía le azotaba de manea incesable cada minuto que pasaba y le acercaba a la partida desde Oviedo a un previsible apartamento divertido con 6 amigos ( 2 parejas y 2 chicas, más él). Pero el plan no era bueno, era simplemente lo menos malo que se le planteó. Y con esta idea se dispuso a torturarse un verano más.

Pero esos eran días pasados, aún no había podido dedicarse a pensar sobre cómo había sucedido todo, solo sabía que estaba tirado en la arena de Mareo con una sensación de vértigo ante el contemplarse a sí mismo como ser feliz. Y no sabía cómo había pasado.

Al fondo, en algún lugar de un bar con cierta clase a pie de playa, sonaba Summertime, versión de Charlie Parker. Era perfecto…

Extracto de Gari Sandance en el Norte

Así anda Pergúmeno...

Así anda Pergúmeno...

Ni un puto día sin dejar de acordarme de Shakespeare con esdrújulas. O de acentos y tildes. O de la RAE...

¿Cómo?

¿Cómo puedo hacerme tan pequeño que no puedo ni mirarte?

¿Cómo puedo hacerme tan pequeño cuando pasas por mi lado?

¿Cómo puedo hacerme tan pequeño que me asuste el escribirte?

¿Cómo puedo hacerme tan pequeño cuando leo tus palabras?

¿Cómo tengo tanto miedo de encontrarte?

¿Cómo tengo tanto miedo por hablarte?

¿Cómo tengo tanto miedo de que olvides si yo existo?

¿Cómo tengo tanto miedo de que ignores o no ignores estos miedos?

 

Escucho chica de septiembre...maravillosa canción. Fanny and the dandys. No la encuentro por youtube...pongo Suzette. Ella no es para ti.

Los happy

Navegando por estos océanos de bits que es internet me encuentro con un vídeo de un grupo de un viejo amigo, o conocido ya no sé, que tenía. Los Happy Losers y el bueno de Tony con el que siempre me quedaba el sabor de buenas conversaciones pendientes. Qué putada, siguen pendientes, al menos para mí, lo mismo él ni se acuerda.

El vídeo me gusta pese a la factura de sincronización vocal. La canción me gusta, si bien prefiero otras. Pero la cuestión es que navegando llegué a los Happy, saliendo del puerto de los flechazos.

Recuerdo haberme pasado por el estudio de grabación cuando estaban liados con el disco donde sale la misma. Tenían un sitar y todo por allí. Fue un buen rato.

I will cry for your tears…acaso se puede estar llorando eternamente por las lágrimas de otro?, acaso no es una declaración?

Entretanto tengo pendiente revisar nuevos mundos de sonidos.

Vaya post más insulso…

Cansado

El título de la entrada es habitual...esta vez además es por una canción.

Escucho “cansado” de Los Flechazos. La letra me fascina por lo simple que es y lo real de cada palabra. Yo tampoco encuentro sentido a casi nada, me harto de oír las mismas palabras y me pregunto muchas veces si he perdido el tiempo.

Muchas veces he querido dormir sin otro deseo que no pensar. Recuerdo malos días, recuerdo libros de Shakespeare volando de un lado a otro con tal de buscar una sonrisa y no aguantar ningún dolor. Y después de todo uno ya no sabe lo que siente por dentro y se pregunta el porqué de tanto dolor. Y me quedo con los últimos versos…

Pasado tanto tiempo uno no sabe nada de nada.