Un pantalón...
Estar quieto con el color negro en finísimos hilos dibujando ondas. No es complicado de imaginar.
- Usted cree que tantas cosas pueden quedar bien -preguntaba William Soppot, el ayudante de policía al Inspector Couldyun
- El caso -respondió Couldyun- es que cuando lo conjuntas resulta sencillamente bonito. Mire, fíjese en el detalle del pantalón, ¿no es maravilloso?
- Es un pantalón, inspector, no veo nada más.
- ¿No?, ¿habla usted en serio?
- Totalmente inspector.
- ¿No ve cierta elegancia que hace olvidar la ausencia de sinusoidad?
- La verdad inspector... es un pantalón.
- Pero imagineselo en un cuerpo deseable.
- ¿Sinuoso?
- No, no, sunuoso no. Es ahí a donde voy. Un cuerpo donde cualquier pantalón resultaría aburrido menos este.
- La verdad, inspector, no le entiendo.
- Maravilloso, Williamn, sencillamente maravilloso. Veamos ahora esa camisa...
El resto de la tarde William y Couldyun entraron en cinco tiendas de ropa. Por la noche cenaron langosta y un suave vino blanco. El último asesinato del despiadado individuo que dejaba la nota "Modelo de conducta" grabada en la piel de sus víctimas había sido hacía 5 meses. Y Couldyun tenía la certeza de que estaban muy cerca de atraparte.
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