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Notas de Mr. Kite

Luz amarilla

Luz amarilla

"Yellow lights are beating my mind"

Gari Sandance

Escucho Shiver, primer disco de Coldplay. Me quedo como un gilipollas leyendo la letra. Empanado. Literalmente como un memo. Como alguien que no sabe poner tildes.

 Y esta es mi última oportunidad…desde el momento que despierto.

PASOS DE SOPPOT Y COULDYUN

-          Señor Soppot, ¿no cree usted que la fortuna es mujer?

-          ¿Por qué dice eso inspector?

-          Porque no se me ocurre que pueda ser de otra forma.

El sargento y el inspector deambulaban por las calles de Londres, de vez en cuando salían un poco antes del final de la jornada, paseaban juntos hasta un pub cerca de la catedral de San Paul y allí tomaban unas pintas. Justo las necesarias para que la lucidez del inspector apareciera en todo su esplendor. O bien para que empezara a balbucear ideas y palabras sin sentido. O a veces para ambas cosas.

-          Soppot, si la fortuna no fuera mujer no sería fortuna. Además yo siempre he pensado que sería de piel cálida, y maneras esquivas. Te diría una cosa y la contraria. Así es la fortuna, a veces buena y a veces mala. Pero nunca coherente. La fortuna no depende de lo que hagas por tenerla. Es un dado lanzado. Es una mujer decidiendo.

-          ¿Quiere decir que las mujeres no son coherentes?

-          En absoluto dije eso mi buen William.

-          ¿Entonces?

-          Entonces…¿qué?

-          Que no entiendo su hilo de razonamiento. Quizás necesite otra pinta. En qué se basa en decir que la fortuna es una mujer.

-          Ya se lo dije, no se me ocurre que pueda no serlo. Así la veo. Creo que cuando la fortuna te sonríe el día cambia a colores vívidos, alegres. Cuando una mujer te sonríe, cuando la mujer que deseas te sonríe, entonces el mundo parece ponerse a tus pies.

-          Tiene sentido…creo.

-          Da igual lo que creas William, da igual. ¿Brindamos por la fortuna?

-          Por supuesto inspector Couldyun.

-          Mal hecho William, brindemos mejor por las mujeres de nuestros deseos y porque su sonrisa aparezca interrumpiendo nuestra mirada.

-          ¿Y por la fortuna?

-          William, ¿acaso no es una fortuna que te sonría un ángel?

 

Londres se tornaba amarillo con el color del sol ocultándose, un amarillo que penetraba a través de los cristales marrones de las largas ventanas del pub. El tumulto de fondo, el reflejo de la luz sobre las pintas, el día otoñal y el rumor del deseo en el cerebro de Couldyun confería al lugar un toque cuasi mágico. Couldyun se sumergió en una ensoñación de cabellos del color de la luz que inundaba el pub y sonrisas inocentes, sin miedo.

De pronto sonó una campana. Aviso de las once de la noche, Soppot se levantó y resoplando dijo:

-          Bueno señor, creo que es hora de irnos a dormir un poco.

-          Yo llevo soñando durante horas señor Soppot, durante horas.

Shakespeare, Love and Calls

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