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Notas de Mr. Kite

Martillo y clavos

Martillo y clavos

Volvemos de la semana santa con la sensación de que se nos han ido otras vacaciones, que unos días se nos han escurrido entre los dedos, como arena sobre la que no te has tumbado...volvemos y alguien nos espera a la vuelta, es grande y tiene dientes devoradores. Sus manos son acariciantes, para que no nos sintamos tan mal. Es la rutina la cual, curiosamente, no he visto representada o no recuerdo haberla visto.

Hago una búsqueda en google, rutina, imágenes. A ver qué sale. Veo una imagen que me gusta, es la que encabeza este texto. Martillo y clavos. Así es la rutina.

 

Y nos encantan destrozar la rutina. Es lo único que nos hace despertar del sueño diario que nos empeñamos en dormir. Dormimos nuestra rutina porque es la forma de no sufrirla. Dormir la rutina de color azulado, rutina de rutinas. El día a día, el pasar, o lo que es lo mismo el sucederse a si mismo en intervalos infinitesimales...todos ellos similares al anterior y al posterior. Rutina con bucle de terciopelo que nos abraza con sonrisa ancestral. El tiempo siempre ha sido el mismo..., cualquier diferencia es subjetiva porque el tiempo es subjetivo...y el clima también, al menos la valoración. Y el monte no es orégano, y si hay orégano solo es en una parte.

 

Martillo y clavos, así es la rutina. Y después de la semana santa los martillos y los clavos se guardan porque ya se usaron. Y en este país la gente ha salido a la calle con capirotes terroríficos, kukluxkaneros, que daban ganas de salir corriendo pidiendo refugio en casas decentes. Pero estos capiroteros al parecer son los más decentes y entonces resulta que uno se quiere esconder de los más decentes y la lógica empieza a jugar al gin rummy. Y Descartes sale paseando en bermudas por una calle de Córdoba y se topa contigo y te pregunta ¿vas a esperar mucho tiempo hasta encontrarte?.

 

Y tu respondes que hasta después del café...que antes tienes la siesta.

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