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Notas de Mr. Kite

Soledad Ficticia V

Soledad Ficticia V

Aparecen puntos de discontinuidad en la sala contigua al zaguan de nuestra rutina. La miro y expulsa aros de humo por su boca y fuera hay peces de colores tocando un saxofón.

La función es singular. Y el delirio me exhorta a disminuir la presión sobre mis sienes. Por supuesto, no dejaré de tomar el té de la mañana cuando apenas queden ya sonidos del tiempo el que el aroma de lo grosero sea una anécdota de colores agresivos, explicados entre bocados desafiantes.

Alguien debería apagar el clamor de la multitud. Si teneis el interruptor a mano, por favor, desconectadlo.

Madrid es mi ciudad y es razonable pensar que tiene muchas azoteas donde saborear un buen cuerpo, pero hay mucho ruido, de excavadoras para hacer túneles donde disfrutar de lo oculto. Nuestro alcalde quiere que nos escondamos en el subsuelo. Nuestro alcalde es uno más en el acontecer del día a día. Ese acontecer que nos deja cariacontecidos cuando pensamos sobre él.

No tengo lluvia, se terminó el otro día. Puedo ofrecerte una monotonía insistente. ¿Quieres dormir?

Mejor que corramos todos tan lejos como puedan llevarnos tus pies, tan cerca unos de otros como para que podamos oir nuestros gritos. No quedan ejércitos para distraerte. No quedan más que unos aros de humo flotando sobre el ambiente, luchando por no deshacerse, pero es inutil, al final se rompe el círculo,...como todo círculo por otro lado.

No llueve pero hay lágrimas por el suelo.

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