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Notas de Mr. Kite

Día y noche...otro más.

Día y noche...otro más.

Y entonces llega el día y se esconde porque, total, ese es el trabajo del día, esconderse de la noche, parapetarse tras un buen escondrijo para que la luna no vea al sol. Sol y luna, lady Halcón. En Lady Halcón había un amor imposible por culpa del escondite y de una maldición que imponía un escondite día tras días...noche tras noche. Eso era la película de Richard Donner. Pero hay otras realidades donde el amor no existe, la luna va a su puta bola y el sol juega al gin rummy con soldados de plomo. Esas realidades me son cercanas, son realidades de lanzas de cicuta emocional. Son los momentos de los días que aguardan en horas inesperadas, al acecho para sorprenderte. Sin palabras porque no se sabe qué decir.

Defecaré hasta lo extenuante sobre todas las mierdas anteriores que suponen que personas con elevadas dosis de cariño desaparezcan la una para la otra simplemente porque sí. Simplemente por decir que ese cariño existe. Escupiré sobre esas realidades porque son absurdas en sí. Un absurdo sin ironía, sin sarcasmo, sin humor. Un absurdo sin interés, dañino, estúpido…sin sentido como absurdo que es.

Es un punto de sabor a rancio esto que pasa en las personas. No entiendo el dejar de hablarse cuando detrás hay libros, manos, y sonrisas. No entiendo tantas cosas. No entiendo que el mundo sea del revés cuando no hay motivo. Pero no entiendo apenas nada. El momento de entender es, posiblemente, el momento vacío del rincón perdido de una habitación cerrada, con todo el tiempo del mundo. O quizás tampoco, porque quizás, solo en ese rincón, entiendas aún mucho menos.

Querer oir esdrújulas…es tan malo ¿como para impedirlo? ¿Como para negarlo?

Hace más de dos años escribí otra entrada igual...¿ha cambiado algo?

 

http://mrkite.blogia.com/2009/070301-dia-y-noche.php

sí..., pero yo sigo siendo el mismo.

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