Blogia
Notas de Mr. Kite

Narcótico con efectos limitados

Me rodean paredes de cristal que no entiendo que hacen a mi alrededor. Me rodea un mundo que tampoco entiendo muy bien, me suele superar de forma recurrente. No estoy contento con la rutina que rodea mi día a día y no hago más que hundirme más en ella. Quizás por no decidir dejar de estar en ella o, quizás, porque no tenga más remedio. Pero me voy hundiendo como un pobre velero que hace aguas por pequeños agujeros. Son pequeños pero el agua entra por ellos.

Me asalta el colapso emocional y miro como pasan los días sin sentido en mis deseos. No tiene sentido nada de lo que deseo, no en este mundo que insiste en marcar el ritmo de unos tiempos que puede que no sean los míos. Y así día tras día, con pequeñas ráfagas de luz que provocan pequeñas sonrisas. Doy gracias a quien me hace sonreír, es de lo poco que entiendo.

Los libros no me sacan de nada, ahora no. La música me deprime porque no puedo aporrear mi guitarra. El sol sale por un lado del edificio y se esconde por el otro en un baile eterno, y no encuentro una buena banda sonora para ese baile.

Hoy no es un buen día, y con perspectiva podría decirse que es como todos, que no hay nada que lo haga diferente. Precisamente, por eso no es buen día. ¿Por qué duele hoy? Probablemente el narcótico esté dejando de hacer efecto y necesite otra dosis que aplaque esa insistencia en buscar sentido a todo lo que me rodea. ¿Sabéis dónde se obtiene anestesia de este tipo?

Esta mañana me di cuenta de que soy un harapo como persona. Soy un trapo de limpiar cristales que, además, está sucio y solo enturbia más aún el cristal.

Creo que hoy necesitaría que un escalofrío de placer recorriera mi espalda. Pero todo lo que uno necesita pertenece al mundo de lo deseable y ahora no tengo más que algún trozo de cuerda donde agarrarme para salir de este hoyo habitual. Preferiría una mano mágica.

No tengo manzanas, pero pienso en ellas. Y eso hace que ponga canciones tristes.

0 comentarios