Blogia
Notas de Mr. Kite

Eddie con Jimmy de fondo

Eddie con Jimmy de fondo

Eddie buscaba su lugar en su ciudad. Su ciudad no era suya pero era muy sucia, así que la consideraba un poco suya porque él se sentía sucio.

Eddie tenía un amigo que era Jimmy, y Jimmy creía que estaba enamorado de Eddie, pero Jimmy no lo sabía, lo poco que sabía Jimmy tenía que ver con relojes colgados en una pared.

La novia de Jimmy era un bombón, y Eddie quería follarse a la novia de Jimmy, sin saber que Jimmy quería acostarse con él. Pero claro, esto no lo sabía nadie, ni siquiera Jimmy.

Mientras que Eddie buscaba su lugar en la ciudad, seguía dándole vueltas a su pelo, ¿tendría que cambiar de peinado? se preguntaba. Y esa pregunta quedaba flotando en el aire como todos los deseos de Eddie, que eran muchos y de colores variopintos. Una vez Eddie tuvo un deseo gris y, de inmediato, lo agarró al vuelo y lo encerró en una caja de bombones, “así se endulzaría” pensó Eddie. Pero el deseo gris se quedó pensando en la poca fortuna que tenía, entre tanta glucosa, si él solo era gris, no quería colores ni dulzores propios de deseos casquivanos. Era un deseo gris en toda regla, poco convincente y poco deseable. Gris del todo. Y Eddie no abrió la caja, y el deseo se quedó jugando al póquer con los granos de azucar que, al fin y al cabo, tenían más entidad que él.

Y mientras Eddie se secaba el pelo, Jimmy pensaba si sería gay o simplemente si es que se había levantado confuso. Pero claro, años confuso, no le parecía algo razonable. Y más cuando un poster de David Husselhorf o como se diga le ponía más contento que unas castañuelas. Eso le provocaba inquietud, no por ser gay, sino porque el tío del coche fantástico le parecía de lo más kitsch. Porque Jimmy podría ser gay, pero gusto tenía, o al menos eso pensaba él…y el tío del poster le parecía poco elegante…pero le ponía mucho. Menudo lío de intelecto sexual. Y a todo esto, Eddie seguía pasando por su mente.

0 comentarios