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Notas de Mr. Kite

Nortes, sures y los Beach Boys cantando

Nortes, sures y los Beach Boys cantando

“No sería maravilloso…”, así empiezan los Beach Boys uno de los 10 mejores discos de toda la historia de la música popular -pongo popular por no poner pop, por no poner juvenil o, simplemente por no prescindir de un adjetivo que, realmente, no hace falta. It wouln’t be nice, no se me ocurre mejor frase para empezar una obra maestra. Y cada vez que la escucho siempre pienso en que existen los genios. El gran Brian Wilson.

Los rigores del verano lo son menos cuando estás con un nativo recorriendo la noche en la semana grande de Bilbao. Al día siguiente lo son más porque la resaca hace un poco de estragos insistiendo en su presencia. Y cuando recorres las calles y ves que hay tiempo de girar la cabeza para ver si el rigor te persigue es cuando piensas que a veces puedes perderte a ti mismo con una cuerda que te lleve de vuelta a casa. Y piensas lo maravilloso que es poder llorar cuando te quedan monedas en el bolsillo. Monedas para la máquina de la felicidad.

Los calores del verano ya no lo son tanto. Ahora el verano aparece y desaparecer y nos pasamos los veranos diciendo que son menos veranos que antes y eso se va diciendo sin saber muy bien a qué nos referimos con el “antes”. Y como dicen los chicos de la playa “ese no soy yo”, yo no se si soy el de antes pero no soy el que reivindica el cambio climático.

Si recorres tierras del norte de España te crees que estabas equivocado cuando recorrías las del sur. Empiezas a pensar que las respuestas están en el norte. Y sin embargo uno lleva toda una vida pensando que están en el sur. Porque de pequeño nos vendieron eso de que el sur también existe, y con esa frase creces y con el tiempo lo que se te olvida es que también existe el norte. Así que tienes que reivindicarlo un poco. Lo agreste y lo húmedo. Y el olor a historias antiguas de soledades grisáceas. Los caminos con hierba rodeándolos. Con montañas sin colores de montaña, cubiertas de verdes. Con personajes que van y vienen y que no pierden tiempo en aclamar su tierra. Los silenciosos. Ellos lo único que quieren es no salir de su tierra. Y si salen sufren de melancolía silenciosa. Al menos algo más silenciosa que la de un “granaino”. Algunos lo llaman morriña.

El norte también existe y el sur no se explica sin el norte. El sur quiere al norte para labrarse su existencia de desprotegido, lamer sus heridas ancestrales. El sur se sirve del silencio del norte para quejarse, el quejío andaluz. El maravilloso quejío de los que sienten su tierra como algo sobre lo que llorar. En el norte sienten su tierra como algo sobre lo que vivir. Distintos y atractivos ambos, cada uno a su manera.

El norte es drama y el sur es tragedia. El norte es estoico y el sur es rebelde. Pero cuando el norte se lamenta el sur canta. Cuando el norte habla el sur baila.

Veranos y palabras…controversia, vocablos para controvertir. Eh pollo, no te me arrebates.

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