Al rey de la fiesta
El carácter tornado taciturno
El perfume en aromas absentianos
con el traje de maestro de lo ufano
mas teñido del color de lo nocturno
Le tocó la fortuna de un mal turno
De escalera se siente pasamanos
Sobrando, como un suevo con alanos
Presagiando las fauces de un saturno
Sin saber si este largo desaliento,
construido de ladrillos rutinarios,
le resulta una carencia o alimento
que le engorda el disfraz de estrafalario
el que antaño colgáronle unos ciento
y del cual, en el fondo, es partidario
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Cacereño en Derry -