Inquieto...
El aire no es tan denso como me parece, pero me cuesta avanzar. Se que tengo mucho tiempo para avanzar, pero me deslizo entre un malestar eterno. Y esa eternidad me vuelve pesaroso y me encuentro apesadumbrado. Y creo que no hay muchas sonrisas, y pienso que no, que no las hay. Solo hay un momento luminoso y se pierde en una distancia teñida de gris. Como yo.
El patio donde está la ropa de mis trajes tendida es un lugar recóndito, y está guardado por cinco expresiones del mismo rostro. Dos de ellas son amables y las otras tres son muy duras. Dos se muestran bellas, las otras tres me miran con odio y desprecio, y solo quiero esconderme en la sombra que mis deseos dejan sobre el suelo.
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