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Notas de Mr. Kite

Desde Madrid

Desde Madrid

Recupero un texto que escribí hace mucho...

 

Creo que no se me puede tachar de centralista, y tampoco de un intolerante con respecto a las particulares culturas que pueblan este más redondo que ancho mundo. Tan solo quiero desde estas líneas defender una ciudad sin pasado y sin cultura, pero al fin y al cabo es donde he nacido, donde he crecido y donde he aprendido todo lo que se. Tan solo es mi ciudad, pero eso para mi ya es bastante.

No voy a ser tan insensato de proclamar que es una ciudad perfecta, ni mucho menos, pero tampoco voy a criticarla por ser la capital de un estado formado, probablemente por muchas otras ciudades con más historia que éste mi Madrid.

Es cierto que de no ser porque en 1561 el rey Felipe II decidió fijar la capital del reino en esta ciudad tal vez no hubiese sido excesivamente importante, aunque eso no se sabe. Pero en cualquier caso, ¿acaso no hemos pagado durante siglos esa carga?. No es menos cierto que ser capital tiene sus ventajas, pero también es algo complicado ser ciudadano de una ciudad a la que todos vilipendian, a la que todos vienen a quejarse y a la que todos acusan de recibir el beneplácito de ese poder central que ya no existe y que tan solo se pudo notar en demasía quizás con ese rey al que los madrileños tachan como el mejor alcalde de esta ciudad.

Viendo una ciudad como Barcelona uno se queda con la boca abierta. El Barrio Gótico de la ciudad mediterránea es de una belleza apabullante. Catedral, iglesias y palacios, junto con el pasado romano se reúnen en un espacio tan reducido que uno se pregunta como puede haber sido desplazado semejante conjunto por la Sagrada Familia, obra también de impresión, desde luego. ¿Qué puede ofrecer Madrid ante eso?. Ciertamente, que toda la plaza Mayor y sus aledaños tienen el encanto especial del Madrid de los Austrias, del Madrid viejo, pero no creo que apabulle tanto. Pero para un buen madrileño eso le resulta encantador. Claro que tenemos grandes obras, obras que son debidas, aunque nos pese, al centralismo. Palacio Real, Museo del Prado, Parque del Retiro, museos y museos, etc. Hasta hace poco no teníamos catedral.

Entonces, ¿qué tiene Madrid?, quizás su mejor patrimonio sea su gente, y ¿por qué no voy a hacer un poco de provinciano?, todos lo hacen pero al madrileño parece que le está prohibido. Todos reivindican su ciudad como la mejor del mundo y, sin embargo, el madrileño parece que tiene que ir ocultando su lugar de origen, al fin y al cabo e madrileño tiene bastante con ser madrileño como para además tener que sufrir el escarnio de los demás si lo dice en voz alta. No creo que ese sea el concepto de aldea global de nadie, yo gritaré ¡viva Barcelona!, ¡viva Sevilla!, siempre y cuando los barceloneses y los sevillanos griten ¡Viva Madrid!, y ¿por qué me parece que será más fácil escuchar a un francés gritar un viva a Madrid que a un catalán o a un andaluz?. Madrid no debe tener complejo ante ninguna ciudad, y si bien esta premisa se cumple fuera de las fronteras que configuran España, de puertas adentro no es así. Madrid es Madrid ni más ni menos que cualquier otra ciudad española o extranjera, y me gustaría que eso se entendiera bien, ni más ni menos.

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