¿Se acordará?

La desidia surge como muñecos de madera que esconden su corazón para hacerlo invisible. Para que otro muñeco no lo vea, para que no lo vea uno mismo, para pensar que la realidad es como uno quiere que es.
Hace tiempo, tanto que el pasado es hasta una palabra cercana, hace tiempo las palabras surgían de esta forma
DESIDIA
Desidia y desidia,
desidia sin colores,
o a veces gris
desidia por el sopor
de tenerme que escuchar
gritando sin gritar
destrozando mi mente
en mil susurros de látex,
perdurando unos mil años
enterrados,
sepultados por tu ausencia
en el fondo de mi alma.
Y me quedo con el gusto
de verte caminar
de espaldas a mi cara,
esperando solo un gesto,
una mano,
un hasta luego.
¿Se acordará alguien de esto?
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