Relatar, que no haces más que relatar...

Domingo sin más, uno de tantos. Pongo a Luna, algo siempre interesante, grupo del que ya creo que hablé hace muchas lunas.

Curiosa forma de medir el tiempo, la de las lunas. La luna y los lunáticos, la parte derecha del cerebro, los dionisiacos, la magia, el lado femenino, el arte. El izquierdo la lógica, la razón, lo que debe ser. El hombre imponiendo el lado izquierdo sobre la mujer con su lado derecho.

Hace mucho me dijo una amiga que yo era un poco lunático.

Viendo estas explicaciones que surgen del From Hell de Alan Moore, empiezo a pensar que la conexión que mi amiga me atribuía puede que tenga que ver con ese lado derecho y esa propensión a la magia, al lado femenino y, si se me permite, al arte. Claro que a veces me pongo racional también. En fin, que no sé. Pero no sé dónde me hallo porque para hallarse primero hay que tener un mapa del lugar.

El mundo se reparte entre aquellos que pasean y los que se esconden.

Minutos de histeria colectiva harían que tu mirada causara un reguero de lágrimas.

Me encuentro con palabras como "¡¡¡hermoso!!!", pronunciada con acento ¡en las tres sílabas!

No sé manejar el diccionario, no sé poner bien ni acentos ni tildes ni lo que sea que haya que decir. Y quien sepa eso de mí está tocado por el halo de lo etéreo y de lo escondido. Recibe su parte del mundo oculto. Y no es que a mí me haga gracia, claro que puede que si se me pregunta ni siquiera tenga opinión al respecto y responda con un tango arrabalero.

Quedan aún minutos, tiempo azul

lágrimas de locura, sol nublado

Jenofonte escribiendo del pasado

sacando tus recuerdos del baúl.

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