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Notas de Mr. Kite

Observando el juego de la luz...

Observando el juego de la luz...

Hoy está seminublado, o sea que a veces hace sol y otras veces está encapotado. Las gafas de sol se hacen imprescindibles pero también a veces pareces un tonto con ellas, cuando está nublado y llevas media hora paseando entre penumbras con un cielo gris. La gente te mira y piensan "este es tonto". Y puede que sea verdad, que lo sea, pero no por llevar gafas de sol.

Estos días son de lo peorcito, porque me paso las horas anhelando las nubes que tapen el brillo del sol, pero éstas no se acaban de decidir porque deben estar charlando un rato con Eolo, y entre brisa y brisa se echan un trago de agua condensada, que es como la leche pero a miles de metros de altura. Estos días, cuando sale el sol, es cuando me quedo pensando que no es un buen día...y luego se va el sol y otra vez a vueltas con una melancolía barata y con las gafas de sol para que alguien piense de mi la tontería que arrastro.

Pero pasa el día, definitivamente pasa tan lento como el paso de las horas permite. Creo que aún no ha cambiado la velocidad de los minutos, creo que un minuto siguen siendo sesenta segundos. A ver si hay suerte y un decreto ley hace que los minutos sean de 62 segundos así, al menos, dará más tiempo a que las nubes terminen su charla con el soplador. Y además así los sueños pueden tener más sentido, por lo onírico digo, porque digo yo que un reloj con minutos de 62 segundos debe ser un reloj viscoso daliniano, plagado de hormigas que se van como locas hacia la melaza en la que se convierte la estructura dorada de ese reloj de bolsillo que se derrite como se derriten los segundos de un minuto para añadir dos segundos más.

Estos días que no acaban de decidirse provocan que mis relojes tomen posturas ácratas y se salten a la torera el tiempo. A ver si un decreto ley los mete en vereda...

Estos días son la antelasa del otoño, y el otoño me maravilla. El otoño ya está aquí pero las nubes no han leido los periódicos.

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