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Notas de Mr. Kite

Buen cine...

Buen cine...

Noche de cine, Only Angels have wings. Película del año 1939 donde Howard Hawks nos prepara una historia de aventuras de una empresa de pilotos y, como no, tira de su celebérrima tensión sexual y para ello pone en juego a su mejor exponente, su baluarte de galán, el incomparable Cary Grant. El contrapeso lo poner Jean Arthur, actriz poco recordada pero que cuenta en su haber películas como Berlín Occidente, Caballero sin espada, Vive como quieras… La película en cuestión no plantea el duelo típico de la seducción como enclave fundamental alrededor del cual girar el argumento. Nada de eso, de hecho Bonnie, el personaje de Jean Arthur, contribuye más a la presentación de Geoff –Cary Grant- y de su grupo de aviadores que al interés por lo que pasará entre ambos.

La trama esencial de la película es la empresa de aviación de transporte situada en “algún lugar de América del Sur”, donde unos cuantos pilotos americanos se juegan la vida para que el negocio del holandés, regido por Geoff, pueda sobrevivir al tiempo que ganan unos dólares. La amistad entre Kid –Thomas Mitchell- y Geoff tiene mucho más peso que el posible amor que surja por parte de Geoff hacia Bonnie. La aparición de Rita Hayworth como la antigua novia de Cary Grant añade más interés que la propia Bonnie, la cual tiene un papel de niña pija que encuentra un malote genial con el cual tener una aventura de verdad. Mientras que Judy –Rita Hayworth- tiene más pinta de mujer arrebatadora. Pese a la escasa presencia de Rita Hayworth, la sensación es que le da mayor entidad a su personaje que lo que Jean Arthur trata de hacer por ganar pantalla en el papel de Bonnie.

Película por la que, curiosamente, el tiempo no pasa. Los aviones ya no son esos, los besos en pantalla ahora son con lengua, los pantalones no se llevan por encima de la cintura –tremenda la imagen si vemos como evolucionan las modas-, pero tiene una puesta en escena, un acercamiento a los problemas que surgen –desengaños, amistad, negocios- que consiguen que verla sea como tomarse un refresco, algo que aplaca la sed de buen cine.

Ahora sería imposible hacer una película así porque apenas hay peleas –una en el bar, y dura del orden de diez segundos-, apenas hay motivos para efectos especiales aunque fue nominada a ese Oscar –los aviones saliendo y entrando de la pista, cruzando el desfiladero-, y el rollo sexual se mueve en lo sutil. Con estas premisas la película podría hacerla Woody Allen, no veo a un grandilocuente como Cameron, por ejemplo, intentándolo. O sí, quizás sí, pero sería algo posiblemente grandilocuente y aburrido. Lo llamarían remake pero sería un pastiche moderno.

Resumo con una frase, es una delicia para el aficionado al buen cine.

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