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Notas de Mr. Kite

El Ascensor (Texas Love'em) - Sábado Noche (7)

El Ascensor (Texas Love'em) - Sábado Noche (7)

(...continuando...)

 

Al cabo de un rato en el que me pareció emular al mismísimo Job, apareció Silvia con una bebida en una mano y el móvil en la otra.

-       Tengo que irme, me ha llamado mi novio y se está acercando a por mí.

-       Ah…vale, bueno…pues nada tía…-debía tener la misma expresión de un celiaco en su primer día de trabajo en una pastelería-. Que tengas suerte con las oposiciones.

-       Gracias, a ver qué tal. Ando un poco harta de tanto estudio…pero bueno. Toma la copa…

 

Me dio la bebida, cosa que me apetecía bastante porque la perspectiva de que se fuera hizo aumentar mi alcoholismo espontáneo como medio de aplacar una avidez desmesurada por salir de allí

-       Gracias…y da recuerdos a tu novio.

 

¿¿¿Recuerdos a tu novio???, ¿¿¿había eso salido de mi boca???, ni conozco al novio ni malditas las ganas de darle recuerdos. Mi asalto al palacio de la estupidez estaba siendo un éxito.

-       Pero…¿le conoces?

Su pregunta, a diferencia de mis habituales declaraciones, tenía una lógica aplastante. Mi respuesta no iba a poder estar a la altura así que recurrí al fango una vez más, Asaltado y conquistado el palacio de la estupidez, me disponía a ejercer de monarca de la misma demostrando mi derecho inapelable a dicho trono.

-       No, no le conozco, pero conocerte a ti es un poco conocer tu mundo y tu novio es parte de él. No le conozco in senso estricto, lo que acontece es que al hablarme un poco de ti, creo adecuado mostrar mi respeto y una admiración por la persona con la que devaneas la madeja diaria de la rutina que supone el vivir en un mundo en el que solamente nos acercamos a lo conocido porque lo ajeno nos parece lejano.

-       Joder, ¿¿¿y ese discurso???

-       Es el de mi entrada a la Real Academia de Estulticia de Frankfurt…voy a beber más.

 

Posiblemente esa fue mi mejor frase de la noche, Silvia empezó a reírse de forma algo descontrolada y yo me sentí flotando en una mar de placer. El mar se fue por el desagüe de la realidad cuando Silvia me dio dos besos y me dijo que se iba…

-       Eres un parto tío…chao.

-       Ciao bambina, arrivederci. Un piacere la tua sonrisa…-no tenía ni puta idea de italiano y me inventé la frase.

-       Era un piacere per me, grazie per la conversazione, me respondió ella con rapidez dejándome con cara de tonto.

-       ¿Sabes italiano? –por fin hice una pregunta normal.

-       Un poco, y sonrisa es sorriso. Venga, me voy que ya debe estar llegando.

-       Vale, nos vemos.

 

El resto de la noche se resumió en un par de miradas cruzadas con Elena y veinte copas que hicieron que efectivamente me fuera de la fiesta…no físicamente, pero mi cabeza fue poco a poco evanesciendo por los efluvios del destilado segoviano.

 

(...continuará?)

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