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Notas de Mr. Kite

Citas...

Citas...

 "I’m not sentimental--I’m as romantic as you are. The idea, you know, is that the sentimental person thinks things will last--the romantic person has a desperate confidence that they won’t."

 Hace años, cuando empecé a leer a este monstruo de la literatura llamado Francis, cayó en mis manos un libro de segunda mano, o quizás nuevo aunque de aspecto antiguo, de la vieja Bruguera, esa editorial que tanto hizo por la lectura en algunos de nosotros. El libro era “El Crack up”. No me queda aún claro la estructura del libro en cuestión. Es una recopilación de citas de Fitzgerald, con cartas y con algún que otro relato. Absolutamente anárquico pero con trozos verdaderamente geniales. Allí leí la cita que he puesto, obviamente la leí en español. Y también leí otra que no acabo de encontrar –ya he cogido varias veces el libro buscándola pero se esconde cual tesoro caribeño en las arenas de la playa de alguna isla cuyo mapa se perdió a cambio de una botella de ron. La otra cita era algo así como “las chicas prefieren a los chicos malos como amantes y a los tipos normales como maridos”. Bueno, ese era el sentido, y me gustó mucho leerla. Más que nada porque sirve de excusa para muchos asuntos que me podían rondar en la cabeza aquellos días.

Pero pasado el tiempo me he dado cuenta de varias realidades, una de ellas es que yo ni soy un chico malo ni soy un tipo normal, lo cual me lleva a pensar que las chicas no me prefieren en ningún caso. Y, observándome, creo que así es. Y bueno, esa es la historia de mi vida, salvo una excepción. Y cambiar toda una historia es tarea hercúlea y, en mi caso, mi musculatura más que la de Hércules es similar a la de una musaraña. O sea, trabajo inútil.

Por otro lado la cita es mentira. Estos días que corren nos traen a las noticias multitud de casos de mujeres casadas con chicos malos que encuentran su lado más embrutecido bajo el paraguas social de una relación estable. A veces esas cosas las vemos cercanas, y desde luego también conozco casos de chicos buenos que no tienen una relación estable y no son elegidos para la vida anodina. El bueno de Fitzgerald se equivocó, al menos en parte.

Pero claro, Scottie era un tío atractivo, y era un chico bueno. Por eso estuvo con Zelda, y por eso probablemente no se le conozca un historial de amantes. Yo solo tengo idea de de Zelda y de Sheilah Graham, la periodista con la que estuvo al final de su vida y que le ayudó a tener la suficiente tranquilidad para acometer su última novela “El último magnate”.

Scott Fitzgerald, el genio de la generación perdida, esa generació a la que dio nombre Gertrude Stein tras la anécdota con aquel francés que intentaba arreglarle el coche a ella, y Hemingway la popularizó –o al menos eso contaba Ernest en Paris era una fiesta, lo que más me gusta del boxeador metido a escritor-.

En cuanto a la primera cita, me confieso romántico totalmente en esa definición. Un amigo mío, con el que comparto estas cosas, es compañero en esta idea. Sabemos, con absoluta certeza, que las cosas no van a durar.

Al próximo que me diga que es romántico, le mando a la mierda.

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