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Notas de Mr. Kite

Musa y Pergúmeno. Ecos

Musa y Pergúmeno. Ecos

-        No todo es igual, la distancia parece la misma pero tenemos percepciones distintas.

-        ¿A qué te refieres?

-        Simplemente a eso, a la distancia. ¿Ves aquella fuente? –Pergúmeno le señalaba una fuente natural de agua excavada sobre una pared de piedra montañosa. La pared se encontraba a un par de decenas de metros.

-        Claro, claro que la veo. Está cerca.

-        ¿Demasiado cerca quizás?

-        Bueno, demasiado no. Lo suficiente para no saciar la sed en breve.

-        Para mi es demasiado.

-        ¿Bromeas?

-        No, no bromeo. Mi oído es sutil, capta el movimiento de la hierba agitada por la brisa. Puedo escuchar el ruido que genera el aleteo de tu espíritu cuando se remueve de inquietud. Oigo las quejas de Esparta cuando navego por la costa de Siracusa. Y el sonido de esa fuente me resulta atronador. Está demasiado cerca.

-        Entiendo. ¿Te abruma mi eco?

-        Tú me hablas con el alma, no puedes abrumarme. Es tu naturaleza la que abruma mi sensación de necesidad de tus ecos. Tu eco no puede abrumarme, es el aire que respiro. Solo me asusta levantarme sin el eco de tu aleteo eterno.

-        ¿Estoy demasiado cerca?

-        Eso es imposible

 Conversaciones entre Musa y Pergúmeno. Sonidos lejanos de Siracusa.

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